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las esquinas

Sin rumbo

Me he puesto a escribir sin rumbo. La vida es esa espina que siempre está clavada en el alma y que, cuando haces un mal movimiento, te hiere en lo más profundo. Si, esa es la vida. El tiempo...y la vida, el silencio...y la vida, el dolor y la vida....el adiós y la vida...
Tengo ochenta razones para estar triste y otras cuatro para ser feliz. Iba sin rumbo hasta que vi el final. Lo cierto es que lo andaba buscando desde siempre, si querer. Más era el miedo que me empujaba a buscarlo que la curiosidad por encontrarlo. Ahora, que lo veo, no me da miedo sino pánico y un dolor difícil de describir, supongo que como son todos los dolores del alma. Ya no tengo las mismas entrañas, mis sentimientos se han bloqueado y mi sufrimiento pide paso. El dolor se acerca y me hace retroceder hacia el lado infinito de la vida, ese que solo uno puede sentir. Nadie te puede acunar entonces.
El olvido es como la muerte y la muerte es como el olvido. Los hay que mueren olvidados y los hay vivos pero que se olvidan de lo que fueron, ¿qué es peor?. Ya sé: "el mundo sigue girando". Igual para mí se está parando, aunque lo que yo deseo es que se invierta y gire hacia atrás: imposible.
Visto pues el final del túnel, ya sé cuál es mi rumbo y cuál es mi final. Ya he marcado un rumbo fijo que no variará. Lo siento porque me destroza el alma.

A mi madre.

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