Esto que estas oyendo ya no soy yo. (PARTE I)

Hablemos de cielos azules, de las blancas nubes que los pueblan,de montes verdes y profundos valles donde el alma se pierde con la dulzura de una tarde de otoño.
Hablemos del sentido del amor, del discurrir de la vida, de la existencia misma....de las profundas verdades que el ser humano debe afrontar de fuera adentro (el pensamiento es el arma necesaria para afrontar cualquier reto). En los rincones del alma se encuentra el yo más sublime, yace como un ser sin vida pero vive. Parece que no respira pero si lo descubres detectas que hay aliento y vida. Cuando encontramos ese punto extraordinario donde todas las verdades tienen cabida podremos afrontar con rotundidad a la muerte misma. Es el estado de gracia del ser humano, cuando uno puede mirar a la vieja muerte a los ojos y decirle: estoy preparado, llévame con los míos. Cuando esto sucede todo es posible y vuelves a vivir y vuelves a confundir el tiempo con la vida. Es como el eterno camino que recorre el universo, como la eterna adolescencia o la eterna infancia; es un estado puro de abrazo sin límites, como un beso robado a tu primer y único amor, como una noche de viento en tu cobijo, como la caricia de un ser querido o el cariño sin comisión de los padres.

Texto inspirado en la canción de Jorge Drexler: "Eco".

He muerto hoy.

El día que me vaya no me mires ni me toques. Ese día, que ya ha llegado, recuérdame como fui. En aquellos tiempos yo era joven y jamás pensé en dejarte. El tiempo transcurría entre viejas canciones de Machín o películas de Juanita Reina, Imperio Argentina...Posiblemente eran tiempos de desesperanza, de intolerancia, puede que fueran tiempos despreciables pero era nuestra época, la que nos tocó vivir. Recuerdo el fresco alegre de la Glorieta en nuestra Moratalla y el desasosiego que me producía pensar que mi madre se iba a enterar de lo nuestro. Éramos muy jóvenes y creímos que nos echaríamos encima del mundo. El fresco gritaba tu nombre con el atardecer y la pobre banda de música intentaba encarrilar "el manisero". Era un verano de fiesta pregonera de tiempos mejores, todo era felicidad. La memoria no es en ocasiones el mejor aliado. "El pasado inventa flores" que decía Gardel en uno de sus sacrosantos tangos. ¡Que bonitas tardes de verbena de verano!. Veíamos pasar a nuestros amigos enamorados y jóvenes. A estas alturas de mi vida, cuando tu ya no estás, muchos han desaparecido entre las fauces de la muerte y yo estoy lejos de mi tierra.... (Me llega un poco más de aquella brisa...) Ahora, todo es distinto, tu me dejaste hace tres años, yo viejo y arruinado de memoria quería que pasara lo que ha pasado. Estaba triste, necesitaba reunirme contigo. Y veo que, después de tantos años, otra vez reunidos en nuestra querida Moratalla, que la alegría vuelve a nosotros, que volvemos a estar juntos y siento el mismo miedo que sentía hacia mi madre por qué no se enterara de lo nuestro. ¡Oye, la banda ha mejorado! ¡que bien suena un manisero de verbena! ¡y que aire más fresco y furtivo........!

Declaración de intenciones.

Espacio que pretende esconder textos surgidos de la vida.